¿Cuándo Cristo va a regresar?
Cuando yo era niño, mis padres solían tener que salir para asistir a diferentes reuniones. Me dejaban bajo el cuidado de alguna otra persona. Invariablemente les hacía la pregunta: ¿cuándo vas a regresar? Quería saber a qué hora esperarlos, para poder evitar la preocupación hasta que ellos volvieran.
Si por algún motivo se retrasaban, me empezaba a inquietar. Comenzaba a imaginarme cualquier cantidad de cosas que podrían haberles sucedido. Gracias a Dios, ninguna de mis imaginaciones se convirtió en realidad.
Cuando Jesús dejó la tierra, sus seguidores también le hicieron la misma pregunta. Querían saber cuándo regresaría El. Desde poco después de que se fue, algunos empezaron a sentir la misma inquietud que yo experimenté. ¿Dónde está Cristo? -decían. ¿Por qué no ha regresado? ¿Qué la habrá sucedido?
Quizás nosotros también sintamos esa inquietud. O posiblemente nunca has considerado a fondo el próximo regreso de Cristo. Hoy consideraremos tres realidades acerca de la segunda venida de Cristo que deben de impactar nuestro diario vivir.
Lectura: 2 Pedro 3:3-9
3:3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,
3:4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.
3:5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,
3:6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;
3:7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
3:8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Estamos viviendo en los últimos días. La historia del mundo se va acercando cada día más a su consumación. Llegará el día en que todos serán juzgados, y este mundo será destruido en fuego para ser reconstituido en los nuevos cielos y la nueva tierra que Dios hará.
La primera cosa que todos tenemos que entender acerca de esto es una realidad muy sencilla:
Cristo va a regresar
Muchos dudan de esta realidad. Algunos dicen que el mundo no se va a acabar, sino que el mundo se acaba para cada persona cuando muere. Otros preguntan por qué, si Jesús se fue hace dos mil años, no ha regresado aún. Otros culpan a Dios por la maldad del mundo, y no consideran que El tenga razón para venir a juzgar.
Pedro aquí nos explica por qué Jesús aún no ha regresado. Nos dice que Dios tiene un horario distinto al nuestro, y que es misericordioso. El nos está dando tiempo para prepararnos y para llevar el mensaje de salvación a otros, para que ellos también se puedan preparar.
Quienes dudan del regreso de Cristo ignoran el poder de Dios, que una vez ya destruyó la tierra habitada con una gran inundación. En aquella ocasión, sólo un hombre y su familia fueron salvados de la destrucción.
Este hombre se llamaba Noé. Era el único justo entre la humanidad que se había alejado de Dios y vivía en rebelión contra sus preceptos. Dios le habló a Noé y le ordenó que hiciera un arca, una gran nave en la que se podrían salvar él, su familia y los animales.
Durante años, Noé trabajó para construir el arca. Vivía en una zona donde no había agua, y sus vecinos se burlaban de él. Seguramente cuando termines de construir el arca, empezarás a excavar para construir el lago donde la usarás, le decían. ¿Será que te tocó el sol, y estas viendo espejismos? ¡Por aquí no hay agua!
Noé, sin embargo, confió en la Palabra del Señor, y siguió construyendo. Trabajó arduamente a pesar de las burlas y de las apariencias de las cosas, pues la lluvia no se conocía en aquel lugar.
Llegó finalmente el día en el que el Señor le mandó que entrara en el arca con su familia, y entonces empezó la lluvia. Ahora los vecinos no se burlaban. Ya no se reían de Noé, pero era muy tarde. La lluvia había empezado, y no había forma de salvarse.
De igual manera, por más que se burle la gente, nosotros podemos estar seguros de que Cristo va a regresar. Tenemos la Palabra de Dios, que nos lo promete. Si has aceptado a Cristo como tu Señor y Salvador, cobra ánimo. Tu Señor vendrá por ti. Las cosas no seguirán por siempre como están ahora.
Si aún no conoces a Cristo, considera lo que te sucederá cuando El regrese. ¿A dónde te mandará? ¿Irás a estar con El, o serás excluido de su presencia? ¿Has recibido el perdón de tus pecados, o tendrás que pagarlos en las llamas del infierno? Cristo se dilata para darte una oportunidad para reconciliarte con El. Las oportunidades, sin embargo, no son ilimitadas.
Hay una segunda cosa que debemos de entender acerca del regreso de Cristo:
Cristo va a regresar visiblemente
Lectura: Hechos 1:9-11
1:9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
1:10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
1:11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Cuando Jesús regresó al cielo, sus discípulos se quedaron mirando al cielo. Seguramente se sentían confundidos e inseguros por todo lo que había sucedido, y aún trataban de captar todo lo que les había dicho. En eso, dos ángeles se les acercaron y les dijeron estas palabras de tanto significado: “Este mismo Jesús… vendrá otra vez de la misma manera que lo han visto irse.”
Cristo Jesús regresará de una forma visible, entre las nubes. El apóstol Pablo nos dice lo mismo en 1 Tesalonicenses 4:16-18:
4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
4:18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
El Señor Jesús descenderá del cielo, levantando primero a los muertos en Cristo, y llevándose entonces a los vivos para reunirse con El en las nubes.
Será algo visible, algo que todo el mundo verá. No será una cosa escondida, secreta, invisible. Su primera venida sí lo fue. Cuando Jesús nació en Belén, los únicos que se enteraron fueron unos pastores y unos magos. Los que se hospedaban en el mesón que les negó la entrada a José y María ignoraban que iba a nacer el Salvador.
Los líderes religiosos en Jerusalén no supieron nada, hasta que llegaron los magos buscando a Jesús – y aun entonces no les interesó ir a buscarlo. En un rincón ignorado de una provincia insignificante, nació el Salvador del mundo – y no hizo titulares, no se anunció en la radio, no salió en el noticiero, no entrevistaron a María en Panorama o Primer Impacto. Fue ignorado por el mundo.
Su segunda venida será muy diferente. Cristo regresará, y todo ojo lo verá – así lo dice Apocalipsis 1:7: “¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra.”
Hermanos y amigos, no se dejen engañar. Andan por ahí diciendo que Cristo ya regresó. No es cierto. Cuando El regrese, todos lo verán. No se tendrá que anunciar, porque todos lo verán con sus propios ojos.
Hay un grupo que enseña que Cristo regresó invisiblemente a la tierra en 1914. Su enseñanza no puede ser cierta, pues la Biblia nos enseña que la venida de Cristo será visible a todos. Hay otros que proclaman que Jesús ha vuelto a la tierra, y está encarnado en tal o cual predicador.
Tampoco debemos de creer a tales personas, ya que la venida de Cristo será visible. Ningún profeta, ningún predicador hoy es la encarnación de Cristo. Cuando oigan que alguien proclame esto acerca del líder de su movimiento, no lo crean. No es cierto. Cristo volverá visiblemente, en las nubes del cielo. Tengamos discernimiento, hermanos.
La tercera cosa que debemos de entender acerca del regreso de Cristo es ésta:
Cristo va a regresar repentinamente
Esto nos lo dijo en Mateo 24:36-41:
24:36 Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
24:37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
24:39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
24:40 Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
24:41 Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
Ni siquiera Jesús, cuando anduvo en la tierra en la carne, sabía cuando iba a regresar. Cuando bajó del cielo para tomar carne humana, dejó atrás este conocimiento.
Ya hablamos de Noé. Mientras él se ocupaba en la construcción del arca, actividad que sus vecinos consideraban inútil y ridículo, ellos se dedicaron al placer, a la vida diaria, a disfrutar de todo lo que este mundo puede ofrecer. Su destrucción vino de una forma repentina.
De igual manera, Jesús va a regresar en el momento menos esperado. Cuando cundía la especulación acerca del fin del mundo en el año 2000, varias personas me preguntaron si yo creía que Jesús regresaría en aquel año. Yo les respondí que, francamente, me parecía el año menos probable para su regreso, simplemente porque todo el mundo lo estaba esperando.
A través de los siglos de la historia de la iglesia, las personas han puesto fechas para el regreso de Cristo. Después de investigar la Biblia, creen encontrar algún código secreto o alguna clave recóndita que les permite pronosticar con seguridad la fecha en que Cristo volverá.
Tristemente, en muchos casos las personas que se dejan convencer por estas declaraciones han vendido sus hogares y sus pertenencias, y se han ido a algún monte para esperar el regreso de Cristo. Siempre me he preguntado por qué se van a las montañas. ¿Será que piensan que Cristo no tiene suficiente fuerza como para recogerlos si están en una baja elevación?
Sea como sea, Jesús también nos dice cómo vivir a la expectativa de su regreso. Leamos Mateo 24:42-44:
24:42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
24:43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
24:44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
No nos llama a venderlo todo e ir a esperarlo en algún monte. No; El nos quiere encontrar trabajando. Como dice el corito: “Yo estoy listo si El me llama; yo estaré en la viña trabajando”. Cuando Cristo nos llame con voz de mando, estemos listos porque estamos trabajando para El.
No sabemos cuándo será el día que el Cristo va a regresar. He aquí la sabiduría que me compartió un creyente maduro: debemos de planear nuestra vida como si el regreso de Cristo fuera muy lejano, pero debemos de vivir cada día como si pudiera regresar en cualquier momento. Debemos de educarnos y limpiarnos los dientes y cuidar nuestra salud y proteger la ecología recordando que Cristo podría tardarse mucho más en venir; pero debemos de vivir cada día recordando que El podría venir hoy, y viviendo de la forma en que quisiéramos que El nos encontrara.
¿Estás listo si El te llama? ¿Estás preparado para el regreso de Cristo? ¡El va a regresar! Regresará visible y repentinamente. Podría ser hoy. Si tú no lo has aceptado como tu Señor y Salvador, tienes hoy la oportunidad. Puedes prepararte, confesándole tu pecado, confiando en su muerte en la cruz por ti y entregándole el control de tu vida.